martes, 24 de noviembre de 2009

"Repunantes"

"Repunantes"

Siempre hay quienes critican, pero algunos lo hacen asiduamente, casi como deporte



ESPERANZA MEDINA
PROFESORA Y POETA Es un deporte muy habitual, a veces se practica sin intención ninguna de hacer ejercicio, otras sin ninguna intención (como si fuese vital comunicar lo que pensamos de todo lo ajeno), pero hay muchas veces que es totalmente intencionado: dejar claro que nadie sabe hacer las cosas mejor que nosotros.

Viajaba el otro día con unas amigas y llegaron a la conversación anécdotas sobre vecinos «bien intencionados» que pasan al lado de la bonita casa que te estás haciendo (o eso creías tú antes de recibir las visitas de los espontáneos) y sólo encuentran pegas y terribles equivocaciones en el proyecto, como, por ejemplo, lo agotador que va a ser limpiar tanto ventanal o el irreparable fallo que ha tenido el arquitecto al no darse cuenta de que perdía una habitación al diseñar un salón de dos alturas. Supongo que los amables vecinos tendrían pensado ayudar a mi amiga a limpiar los cristales y de paso quedarse a dormir en su casa. No encuentro otra explicación para sus comentarios, porque, claro, lo de la envidia no se me habría ocurrido.

Qué decir de aquel que después de quince años desempeñando el mismo trabajo en una oficina de forma altamente eficiente cambia de empresa y se encuentra con un compañero que pretende imponer el «aquí lo hacemos así», aunque se desperdicie tiempo y se reduzca la eficacia. Comprendo que hay personas para las que es muy difícil cambiar de costumbres y mucho más admitir que pueden venir otros que nos ayuden a mejorar, pero también es difícil acoplarse al «como tú digas», cuando lo puedes hacer mejor, sólo por no discutir.

Para qué hablar de quienes al enseñarles aquel minimantelito a punto de cruz que habías conseguido terminar por fin como gran proeza artesanal lo miraban del revés para comprobar los fallos. Claro que nunca te mostraban sus propias labores.

Entonces recuerdo aquello que decía mi padre cuando se refería a fulano o mengana que «se parecían a la Nazaria, que no lo sabía hacer, pero lo sabía "repunar"». Nunca supe quién era la tal Nazaria, ni si el dicho era original de mi padre o iba de boca en boca, pero me quedó muy claro desde el principio que la buena señora practicaba con cierta asiduidad este deporte tan nuestro de «repunarlo» todo.

Y es que criticones habrá muchos, pero «repunantes» bastantes más, busque usted si no algún que otro nombre y ya me contará.

martes, 10 de noviembre de 2009

Gente rara

Gente rara

La esperanzadora eclosión de la actividad poética en Asturias


ESPERANZA MEDINA
PROFESORA Y POETA Me temo que siempre he sido un poco rara, aunque tardé mucho en ser consciente de ello: cuando en el colegio llegaba a mis manos un libro de lectura buscaba antes que ninguna otra cosa los poemas; luego, con calma lo leía todo.

Si bien la literatura es una afición de muchos, hay muy pocos que se confiesen adictos a la poesía concretamente, aunque quizá sean como en las encuestas a pie de urna, con el vecino al lado mirando de reojo, en las que pocos dicen realmente lo que acaban de votar. Es que ser raro tiene su precio.

Cuando una confiesa que además de leer escribe poesía casi puede oír los pensamientos de alguno, que no te ve como a una persona muy normal. Sería otra cosa decir que has escrito una novela, eso sí que tiene mérito e interés social.

Por eso me encanta comprobar que cada vez hay más gente rara que lee, escribe y difunde la poesía, propia o de otros. Estos días han sido un buen ejemplo de ello. En Oviedo, los jóvenes del colectivo cultural Hesperya han organizado el II Encuentro nacional de poesía joven «La Ciudad en Llamas», con poetas jóvenes y no tan jóvenes. En Pravia, la Asociación de Escritores de Asturias, en sus IX Jornadas de literatura, sigue contando con los poetas como parte importante de su programación. La semana que viene, en Lena, se organiza un ciclo de poesía y El Aula de las Metáforas, de Grado, se encarga de mimar y difundir este género todo el año, por poner algunos ejemplos.

Sin ir más lejos, el pasado viernes, en Luarca, se entregaron los premios del VI Certamen de poesía «Nené Losada Rico», a la vez que se le brindó un sentido homenaje a la autora fallecida recientemente. Un homenaje del que fueron protagonistas fundamentales los niños de los colegios de Valdés, niños que, la conocieran o no personalmente, la sentían muy cercana a través de sus textos gracias a la labor de sus maestros y de la propia Nené Losada Rico.

Me canso de oír que en los colegios se contagian todo tipo de virus, ojalá éste se empiece a extender, sin vacunas ni analgésicos, con fuerza, para que con el tiempo leer poesía sea tan cotidiano y tan natural como salir a por el pan.