martes, 11 de noviembre de 2008

¿Qué es poesía?

¿Qué es poesía?


Da la sensación de que la poesía es el patito feo de las artes en los actos culturales

ESPERANZA MEDINA POETA Hoy voy a hablar de poesía. Quizás esto haga a alguno dejar de leer. Ojalá sea por salir corriendo a buscar su poemario favorito porque acabo de recordarle que hace mucho que no lee aquellos poemas que tanto le emocionan. Para el resto, sigo hablando de poesía.

A veces tengo la sensación de que la poesía es algo así como el patito feo de las artes en los actos culturales. En todas las ciudades se inauguran constantemente exposiciones de artistas plásticos en todas sus facetas, se ofrecen conciertos de todo tipo de estilos musicales, pero sólo esporádicamente actividades relacionadas con la poesía. No obstante Avilés lleva una temporada de excepción maravillosa en esta aparente regla.

Hace algo más de una semana se presentaron aquí los libros de dos jóvenes poetas asturianos: Sofía Castañón y Víctor García Méndez. El viernes día 31 se falló el XVII Certamen poético «Ana de Valle», único premio literario que se convoca en nuestra villa. El pasado viernes, el poeta Fernando Beltrán inauguró en Avilés su exposición «Mujeres encontradas», que combina pequeñas esculturas y textos poéticos.

Incluso podemos incluir en esta relación la presentación el sábado en Luarca del tercer libro de poesía de la avilesina Natalia Menéndez, «Restos de un naufragio», con el que ganó el certamen poético «Nené Losada» en 2006 y que pronto presentará también en Avilés para que podamos escuchar la plasticidad de sus versos en casa, desde la butaca de alguno de los salones de actos de nuestra villa. Otros lugares de nuestra región nos llevan un poco de ventaja en esto de los actos poéticos, pero parece que nosotros vamos cogiendo «carrerilla».

Alguien dirá que barro para casa, quizá sí, lo hacemos todos, pero eso no quita para que me emocione la experiencia de una exposición de cuadros o un concierto de música clásica, de tangos o de cualquier otro estilo musical, con una diferencia, el cuadro difícilmente me lo podré llevar, mientras que la música o la poesía pueden convivir conmigo y acompañarme siempre que yo lo desee. Se pueden «servir» en un pequeño formato que llena muchos momentos.

Y yo me pregunto: ¿qué nos da miedo de la poesía si nos rodea por todas partes? De la mano de las palabras nos acercamos a la música con las letras de las canciones, a cualquier edad, desde las nanas a la ópera pasando por el rap, la tonada o cualquier otro estilo que se nos ocurra. Y no voy a entrar en si es buena o mala poesía porque sobre calidad hay mucho escrito, pero sobre gustos absolutamente nada definitivo o fiable.

Para los niños la poesía, la rima, los versos cortos y musicales son un estímulo a la lectura; ¿qué nos pasa después, cuando crecemos?, ¿qué prejuicios sociales nos alejan de un mundo que nos fascinaba?, ¿el miedo a no entenderlo?, no hay que entender la poesía, sólo dejar que fluya y nos produzca sensaciones. Olvidemos aquello que nos decían en el colegio de explicar «qué quiere decir el autor». Hay veces en que el autor no sabe decir lo que quiere o dice mucho más de lo que pretendía. Preguntémonos ¿qué me hace sentir el autor?, y si hay algo, una pequeña cosquilla, aunque sea en el dedo gordo del pie, sigamos leyendo.

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