martes, 18 de junio de 2013

Lo que importa


Estemos alerta ante lo que nos contamina a nosotros y a nuestros hijos

Lo que importa



Supongo que una de las cosas más complicadas de la vida es realmente eso: saber qué es lo que de verdad importa.

En ocasiones dedicamos tanto tiempo a su búsqueda que descuidamos lo aparentemente pequeño, lo que parece no tener graves consecuencias, pero a la larga acaba definiéndonos y, muchas veces haciéndonos ser precisamente lo contrario de lo que habríamos querido.

Y es que en realidad casi todo importa. Importan los anuncios, programas de la televisión, revistas, películas, etcétera, que se empeñan en hacernos pensar que debemos ser perfectos, que necesitamos unas determinadas proporciones físicas para ser felices, para que nos quieran. Nunca he entendido muy bien por qué debemos convertirnos en cisnes al final del cuento. Ser pato no está mal, y hay muchos tipos de patos, lo de guapos y feos no debe tener mucho que ver con las leyes de la Naturaleza, no al menos como nosotros lo entendemos: los patos de colores más vistosos suelen ser los machos para distraer a los depredadores y que la hembra pueda salvar la nidada.

La perfección es por definición inalcanzable, porque siempre está en las condiciones y la mirada de los otros, así que relajémonos y estemos siempre alerta ante lo que nos contamina a nosotros y sobre todo a nuestros hijos.

Porque todo importa nuestra obligación es analizar con lupa lo que llega a nuestros niños y niñas, a veces bajo la etiqueta de educativo, elaborado con muy buena intención, pero con muy poco análisis. No hace mucho acudía a una actividad de ese tipo, se nos ofrecía un pequeño corto de dibujos animados para motivar nuestro lado cinéfilo. Nada que objetar en el planteamiento, el cine nos permite vivir otras vidas, pero en un momento determinado aparece un personaje que llama la atención, una mujer vestida de rojo, exuberante, contoneándose, tras la que se iban los ojos del personaje protagonista (literalmente, recuerden que era una animación). No iba al cine a disfrutar, iba a ligar. Podría tener cierta gracia si todos los que recibimos ese mensaje subliminal fuésemos adultos, pero la mayoría del público tenía entre 3 y 5 años.

Es sólo un pequeño ejemplo, breve y espero que con poca trascendencia, pero seguro que se va uniendo a muchos más con los que niñas y niños conviven día a día. Por eso saquemos nuestra lupa, seamos exigentes y exquisitos en la preparación de ese futuro que queremos para ellos, porque, no lo duden, al final todo importa. Y está en nuestras manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario